Esas ganas de mi padre de imponer y recalcar su autoridad sobre mi comienzan a darme nauseas, parecería un berrinche, de esos grandes y sin sentido, pero para mi tiene sentido.
Lo único que espero en el año, en serio lo único para lo que me esfuerzo porque vaya que me esfuerzo y me lo quitan, y aun dejándome humillar, dejándome pisotear y que me consideren la peor persona del mundo, aun así me encierran, me dicen que no sin argumentos viables.
Es entonces cuando me doy el lujo de llorar de rabia, de sentimientos porque no son capaces de una vez en su vida dejarme ser feliz un poquito, ni siquiera en mi cumpleaños, ni siquiera nunca.
¡Bah! Así será siempre ¿verdad?
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