Quiero comenzar diciendo que acabo de llamarte "eras" porque es lo políticamente correcto, es lo que teóricamente debo hacer para terminar con un duelo que no quiero terminar porque si lo hago, te terminas tú, y a pesar de los más grandes enojos y de las más grandes decepciones, no quiero que termines, porque si terminas, estoy segura de que terminaré yo, ¿con qué? no lo sé, lo intento descifrar. No diré que terminaré con mi vida, no me voy a suicidar, de eso puedes estar seguro, sin embargo, terminaré con algo dentro de mi; tampoco sé si es con la capacidad de sentir o de amar. Uno siempre dice que no se podrá a volver a enamorar igual, pero, ¿sabes? estoy segura de que no podré volver a amar igual, con la misma intensidad y con la misma inocencia, con la misma ingenuidad y perversión que me inspirabas, con todos esos arranques de pasión y sadomasoquismo y a la vez con esos arranques de infinita ternura, como cuando jugábamos a que te cuidaba como un hijo, aunque claro siempre estuvo, que no era tu mamá. Como cuando te tomaba del cabello y te lo halaba, y yo era feliz porque tu eras feliz. Estoy segura de que con nadie voy a ser más feliz halándole el cabello como contigo, porque tu cabello era único, así como tus ojos, sí, aunque tú hayas decidido que pudiste encontrar unos ojos más inspiradores que los míos, no importa; para mí tus ojos siguen siendo mi guía. Porque no me importa que hayas podido encontrar unas manos más suaves que las mías, yo sigo siendo la inocente que te toca el cuerpo como si apenas lo fuera a comenzar a hacer; porque yo no quiero sentir otra piel sobre la mía.
Podría resumir nuestro amor en todas aquellas peleas, sí, ya sabes cuáles, aquellas en las que ninguno ganaba y ninguno perdía, porque lo único que ganábamos era demostrar que de verdad nos importábamos y ¿por qué no? ganábamos en nuestros respectivos nervios. Porque no importaban los gritos, todos, mi vida, eran necesarios, cada uno me hizo seguir halándote el cabello y seguir tocando tu cuerpo, porque así ganábamos; porque así podía besarte.
Puedo resumir nuestro amor en aquellas melodías que salían de tu voz en algún beso, en algún abrazo, porque en ellas me refugiaba en cada pelea que pasaba por nuestra recámara y por nuestros teléfonos, porque eran ellas las que me decían que no tardaría en volver a recostarme contigo en cualquier lugar, en cualquier banca o cama, en cualquier sillón o incluso en el suelo; por eso no importaba, porque esas melodías son las que hasta la fecha, me siguen haciendo llorar por esperar que esto sea una pelea más y que van a regresar tus ojos a ser mi guía.
No quiero resumir nuestra historia, corazón, yo sólo quiero que sea la más grande historia.
No quiero terminar diciendo que "eras" alguien, cuando para mi, aun después de tantos enojos y tantas decepciones, sigues siendo, ese hijo que tanto necesitaba cuidar desinteresadamente, esos ojos que tanto me alumbran, sigues siendo ese amante que necesito sentir, eres ese novio al que necesito tanto cantarle, eres ese amigo con el que podía reírme sin ser mal vista. Porque de verdad te necesité tanto cuando te fuiste, porque aunque acabo de decir que te necesité, ya no te necesito para las mismas cosas. Ahora necesito que vuelvas, aunque no sé si quiero que vuelvas en este momento. Necesito que vuelvas a construir un castillo, porque el mío, al parecer, se lo diste a otra princesa... Necesito que vuelvas a construir una choza, que construyas un iglú, necesito que aunque sea un gran castillo, sea un hogar, que de verdad veas en mí lo que yo veo en ti. No necesito solamente ser tu madre, tu amante, tu amiga, ni tus ojos ni tus manos. Necesito ser lo que decidas que no puedes resumir. Necesito ser todo lo que decidas continuar.
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