No quería reconocerlo pero aún tomaba notas mentales del tiempo y aún tenía memoria, no es algo de lo que te deshagas de un día para otro, vió a una amiga, y se acostarón sobre la blanca colcha de pluma de ganso, y ella sólo la escuchaba hablar sobre sus días, no tenía ganas de que se diera cuenta que no estaba del todo bien y no quería hablar para que no se diera cuenta de que tenía la voz rota. Tampoco quería verla mucho a los ojos porque vería que como le dice otro amigo "tiene los ojos más tristes que haya visto" quizá por éso trataba de ocultarlos bajo delineador negro y con sus lentes. Le costaba mucho admitir que aún no se reponía y que justo quería abrir el libro negro
jueves, 21 de enero de 2010
El primero en 3...
... ella pensó.
No quería reconocerlo pero aún tomaba notas mentales del tiempo y aún tenía memoria, no es algo de lo que te deshagas de un día para otro, vió a una amiga, y se acostarón sobre la blanca colcha de pluma de ganso, y ella sólo la escuchaba hablar sobre sus días, no tenía ganas de que se diera cuenta que no estaba del todo bien y no quería hablar para que no se diera cuenta de que tenía la voz rota. Tampoco quería verla mucho a los ojos porque vería que como le dice otro amigo "tiene los ojos más tristes que haya visto" quizá por éso trataba de ocultarlos bajo delineador negro y con sus lentes. Le costaba mucho admitir que aún no se reponía y que justo quería abrir el libro negronada satánico , cuando la dejó en la base de taxis, pudo notar que su amiga se dió cuenta, por eso suponé que mañana la verá. Se había guardado las lágrimas para que se consumieran por dentro pero no funcionó, justo llegó la hora de que lo dejará salir. Fué breve pero bastó para que se diera cuenta de que no puede guardar cosas eternamente, una prima lejana le comentó "para siempre y eternidad no son palabras que apliquen con los humanos" quizá tiene razón, a ella no le habría importado usarlas con ése alguien.
No quería reconocerlo pero aún tomaba notas mentales del tiempo y aún tenía memoria, no es algo de lo que te deshagas de un día para otro, vió a una amiga, y se acostarón sobre la blanca colcha de pluma de ganso, y ella sólo la escuchaba hablar sobre sus días, no tenía ganas de que se diera cuenta que no estaba del todo bien y no quería hablar para que no se diera cuenta de que tenía la voz rota. Tampoco quería verla mucho a los ojos porque vería que como le dice otro amigo "tiene los ojos más tristes que haya visto" quizá por éso trataba de ocultarlos bajo delineador negro y con sus lentes. Le costaba mucho admitir que aún no se reponía y que justo quería abrir el libro negro
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ey oy ni lei
ResponderEliminarestoy bein cansado
ja
entenderas por k
t dije un aprte
y pues y bi a karina
imagine
ja
bueno
bye
je
oy si no lei k onda
ja
bueno bye
t kiero ermana