domingo, 20 de febrero de 2011

Lo estresantes que estuvieron los días no tuvieron nombre, pasaron cosas tristisimas y pasaste tú.
Fuiste lo único que me ayudó a no desplomarme y a acabar en mi cabeza sola, abrazada y compadeciéndome.
Otra persona más me dijo que no me autocompadeciera tanto, que no me iba tan mal como suponía que lo iba, lo más irónico fue que esa persona era la menos indicada, quizá, para decírmelo, pero en fin.
Las cosas si fueron muy tristes, lloré como pocas veces se llora, por miedo, por angustia, por enojo y por incomprensión, pero estoy casi segura de que eso se acabó con el bello concierto de ayer, con eso y con tu voz cantándome al oído, pero ahora, confieso, me da mucho más miedo amarte como te amo, porque estoy empezando a planear y eso me da miedo.

¿Y si te vas?


Nunca me dejes, o mis ojos no conocerán la sequía
mis pensamientos darán vueltas alrededor de ti
mi corazón se encogerá, mi ser será un delirio...

No hay comentarios:

Publicar un comentario