miércoles, 19 de mayo de 2010

Auscencia

Ow, tenia mucho que no tenía ¿fuerzas? ¿inspiración? ¿ganas? ¿palabras? de escribir en mi blog, la verdad no he hecho mucho, desde que salí de la escuela, ja! salí bien por cierto y no me fuí mas que a un final cuando yo ya alucinaba que me iba a ir como a 5 y que igual y recuarteaba y la mamada, igual ya hasta encontré el grupo que está hecho para mi y ya.
Mi vida está tranquila, en cuanto a actividades se refiere, cada tercer día uso la red del metro ya más por gusto que por deber y me he encontrado en bellas artes y en coyuya tantas veces que pronto me quedará "el metro" de mis adorados tacvbos.
Extraño a mi mami como no tienen una puta idea y a veces sufro de lapsos porque no me deprimo como antes, de hecho ya ni me deprimo, lo que me conlleva a querer deprimirme y sentirme patética mas que triste, pero en fin...
Aun no sé que hacer con tanto tiempo, igual y me meto a talleres de óleo ó de literatura ó de redacción ó puedo regresar al violín ó puedo satisfacer mis demandas personales carnales ó hasta puedo buscar trabajo, teniendo Polanco a 5 minutos y con mi gusto puedo conseguir algo bueno por ahí.
También debido al ocio he ido a parar a lugares que igual y es raro estar ahí, cerca me queda Bátiz (para los que no sepan a lo que me refiero, Voca 9 por favor), y un medio tubo debajo de un puente vehicular, punto de reunión de sk8, también he ido a parar muchas veces a la Alameda Central y con un sinfín de diferentes personas, he leído más de lo que se volvió mi común y me doy cuenta que vuelvo a ser la misma persona que era antes, la solitaria y payasa, la verdad me gusto un poquito más de esa forma, de igual manera no tengo porque complacer a nadie.
Hace dos semanas conocí la Cineteca y me enamoré de la luz que daba sobre el estacionamiento mientras salía llorando por terminar de ver por 3º vez 500 Days of Summer y entonces he de admitir que en ese ángulo la luz dió en lo más profundo de mi ser y me perdí en Coyoacán por terminar de imaginar una boda que nunca más será.
Ven como tengo esa necesidad de sentirme triste? Carajo! No debería ser así, yo ya estoy curada, anestesiada, ya estoy en paz, diría Emmanuel Chao, les juro que es verdad, en fin (again)...
Y sin más que contarles de mi tranquila vida (aparentemente) continuaré mi relato de Lucía y Roberto (espero) en un próximo post.

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