miércoles, 19 de mayo de 2010

"Tiene un año ya..."

Roberto intentaba olvidarla perdiéndose en los vasos de whiskey barato que encontraba, en las caderas de las desconocidas que llegaban por las noches en fiestas de amigos, en pastillas para no soñar, en lecturas clásicas y cigarrillos.

"Tiene un año ya..." pensó.

Así recordaba el año luctuoso en el que ella había rechazado su propuesta de matrimonio, en el que ella había desaparecido del sillón rojo que tanto le gustaba, así perdió el cabello que le gustaba acariciar. Era mucho más que su cabello, claro; sólo que ese cabello con aroma a jazmines lo asociaba tanto con el aroma femenino, su preferido.

No sabía que hacer esa noche, el recuerdo de Lucía lo atormentaba tan dolosamente*. Quería tocar el piano, quería tocarle el piano, quería llorar y decidió volver a tomar esos antidepresivos. ¿Por qué la quería tanto? Aun no lo sabía, a pesar de no haber estado mucho tiempo con ella, la quería, la deseaba, la amaba, era su todo, eso bien lo sabía.
El suicidio nunca había sido una opción pero todas sus acciones parecían demostrar lo contrario, se había estado intoxicando todo ese tiempo.

Roberto ya no aguantaba, Roberto desesperaba...

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