domingo, 12 de diciembre de 2010

Honeymoon Part. 2

¿Cómo puedo escribir una entrada sobre ti si todas las últimas entradas son sobre ti?

Sus brazos son mi refugio favorito, ayer caí en cuenta de que no puedo estar ni a un metro de él sin lograr sobreponerme al deseo de estar entre ellos, mucho menos si es un lugar con mucha gente, todo se vuelve mas acertado y mis manos aprietan en demasía a ellos. Y es cuando se lleva al camino de sus manos; mis dedos gustan de recorrer sus palmas y con las uñas enterrarse en sus yemas, enterrarse en sus manos.

Sus ojos no necesitan descripción mas. Esos ojos que huyen cuando se saben en aprietos, que mas de una vez los he visto dilatados, esos ojos dulces que son tan expresivos, esos que se emocionan y se llenan de lágrimas con ciertas palabras. Los que en sus palabras, perdieron el camino al aprender a cerrarlos. Esos ojos que no molestan si se mantienen abiertos.

Esos cuatro lunares que me llevaron a la completa perdición, ellos y no otra cosa tuvieron la culpa de que haya caído en ese abismo que a la larga y con sus propios aciertos me han traído aquí, esos lunares que se volvieron el lugar favoritos de mis ojos al principio, esos que eran irresistibles a la vista y al gusto, a mis labios.

Su ombligo que según él, no existía, y que basta con meter mi mano y tomarlo con mi pulgar mientras lo oprimo.

Su espalda, esa que no necesita mas introducción mas que el de las caricias, el de las mordidas y rasguños, esa que no necesita ser del todo vista.

Esos labios que besan desesperadamente, que aprenden a sentir con calma, que se toman el tiempo necesario para saber cuando parar y cuando no soltar. Esos labios que se sonrojan a su modo, esos labios que provocan y que tientan pero que a la vez enamoran, con ese amor tan dulce.



Y no es que necesitará una descripción de ti para escribirla, es que no encuentro paz si te alejas de mi, es que mi cabeza te repasa en la espera de volverte a ver.

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