La esquina de mi cama

Donde solía sentir el peso de tu cuerpo en mi espalda o donde tu sentías el mio sobre tu abdomen. Donde solía recorrer tus piernas y tu morder las mias.
Donde siempre nos abrazábamos, y nos quedabamos dormidos.
Y cuando despertábamos volvíamos a sentirnos cuando abrazaba tu cuerpo con el mio,
donde ya no sabíamos lo que decíamos y donde sólo ahí parecía que verdaderamente estabas conmigo...
Porque en la esquina de mi cama te tuvé de diferentes formas,
más desnudo que otra cosa,
porque ahí también estuviste mientras lloraba,
pues eras tú la causa,
y ahora que dejo ésta, nuestra zona de batalla
dejaré todos los placeres que agonizaban...