martes, 19 de enero de 2010

Impacto

Estaba tararéandola con una amiga, cuando él se subió, fue algo irónica la situación, era como el tipo de mis cuentos alternativos, y me dedicaba sus ojos miel. Cuando mi amiga dislumbró su parada y se fue de mi lado, él se sentó junto a mi, una playera azul que destacaba en su piel blanca y apretó sus brazos junto a los míos y yo apreté mi paliacate morado.Me recargaba en la ventana y el me echaba ojeadas, y yo a él, y así aproximadamente los 20 minutos que duró el recorrido y cuando le pedí que me dejará salir del pequeño asiento me sonrió, con una sonrisa que como me dijo Carlita en la mañana "te hacen sentir de nuevo en el juego" y se bajó a mi lado, sólo que en distinta dirección, pero aún me siguió con sus ojos y yo lo seguí con los mios.

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